Es sabido que, hoy en día, la tecnología nos acompaña a dondequiera que vamos. Desde la localidad más cosmopólita, hasta el rincón más apartado y rural de la sociedad.
Pero... todos tenemos acceso a la "interacción tecnológica". Y léase bien la frase "interacción tecnológica", puesto que, no basta con que la tecnología nos alcance, para que nosotros podamos también alcanzarla a ella.
En términos técnicos, un usuario solamente debería conocer la interfaz de un determinado dispositivo, llámese smartphone, por citar, un ejemplo. No obstante, es claro que 'la caja negra' detrás del funcionamiento de estos elementos de uso casi cotidiano y mayoritario, por parte de la mayoría de los habitantes de la Tierra, no tiene por qué ser entendido; debemos resaltar que algunas personas muestran un "miedo a lo tecnológico". Es en este caso, cuando me pregunto: qué pasa cuando estas personas se ven 'motivadas' o peor aún 'obligadas' a delegar sus tareas de rutina, a ciertas herramientas que han entrando en sus vidas, sin que ellas se lo hayan pedido.
El objeto de este artículo, el primero de mi blog, es consultar y sondear las opiniones de propios y extraños, en lo referente a este último particular, y qué podría hacerse al respecto.
Esperando un sano y constructivo debate.
Escribió.
Ing. Sinuhé Ancelmo
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